miércoles, 2 de mayo de 2012

Galloway contra Hitchens: Debate mordaz sobre la invasión de Irak

Para muchas personas el debate sobre la invasión de Irak es del “periódico de ayer”. Sin embargo, creo que acudir a los debates históricos que se liberaran y archivan en los foros universitarios, para estudiar y analizar el primer gran conflicto bélico del siglo XXI, puede ser muy informativo y esclarecedor. Las consecuencias de la guerra en Irak todavía sacuden las vidas de los sobrevivientes, de los involucrados y, sin duda, afectan las economías de los países protagonistas, Irak y EE.UU., y demás participantes, como lo fue Gran Bretaña también a gran escala.


Este debate es entre dos de los intelectuales británicos más reconocidos fuera de su propio país. Christopher Hitchens, quien falleció el año pasado, ahora famoso mundialmente por su ateísmo teórico y por sus libros que desmitifican las grandes religiones, fue un activista político con alianzas izquierdistas en un tiempo, pero (razón principal del debate), después sufrió un cambio de postura y se dedicó a apoyar la guerra en Irak (2003) hasta sus últimas consecuencias al final de la década. George Galloway, político, periodista, parlamentario, un activista infatigable de la izquierda, quien dio mucho que decir, y admirar, cuando fue expulsado del Partido Laborista en 2003 por su activismo en contra de la guerra en Irak, arremete contra Hitchens de la manera más despiadada jamás visto en frente de las cámaras televisivas. El debate --no se confundan, no es una simple ronda pugilista-- dirigido por la periodista independiente Amy Goodman, poco a poco va poniendo en manifiesto la brillantez y la tenacidad de ambos intelectuales. El rigor político y sus convicciones salen a la luz para informarnos del por qué los dos apoyaron o no la invasión de Irak. Las respuestas son puntuales y acertadas en ambos casos, eso es la cuestión; y por eso el debate es de gran valor informativo.




George Galloway en debate contra Christopher Hitchens en la Universidad de Baruch, Nueva York, septiembre 2005.







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