miércoles, 2 de mayo de 2012

Violeta Parra: de "Gracias a la vida" a "Maldigo del Alto Cielo"

(Entrada recuperada, publicada originalmente el 27 de abril, 2012)


(Todos recordamos a Violeta por su himno "Gracias a la vida", pero pocos quizá recuerden que también compuso "Maldigo del alto cielo". Calibariel comulga con esas dos clorofilas. Reproducimos la canción y nos quedamos aún boquiabiertos, como si ella hubiera puesto en manifiesto dos versiones de la humanidad en nombre de aquéllos que vacilan en reconocer las facetas ocultas, o disimuladas, de la vida.)


Maldigo del Alto Cielo
Violeta Parra

Maldigo del alto cielo
la estrella con su reflejo,
maldigo los azulejos
destellos del arroyuelo,
maldigo del bajo suelo
la piedra con su contorno,
maldigo el fuego del horno
porque mi alma está de luto,
maldigo los estatutos
del tiempo con su bochorno.
Cuánto será mi dolor.

Maldigo la cordillera
de los Ande y de la costa,
maldigo toda la angosta
y larga faja de tierra,
también la paz y la guerra,
lo franco y lo veleidoso,
maldigo lo perfumoso
porque mi anhelo está muerto,
maldigo todo lo cierto
y lo falso con lo dudoso.
Cuánto será mi dolor.

Maldigo la primavera
con sus jardines en flor
y del otoño el color
yo lo maldigo de veras,
y la nube pasajera
la maldigo tanto y tanto
porque padezco un quebranto,
maldigo el invierno entero,
por el verano sincero,
maldigo profano y santo.
Grande será mi dolor.

Maldigo la solitaria
figura de la bandera,
maldigo cualquier emblema,
la venus y la araucaria,
el trino de la canaria,
el cosmo con sus planetas
la tierra y todas sus grietas
porque me aqueja un pesar,
maldigo del ancho mar
sus puertos y sus caletas.
Grande será mi dolor.

Maldigo luna y paisaje,
los pueblos y los desiertos,
maldigo muerto por muerto
y el vivo de rey a paje,
las aves con su plumaje
las maldigo a sangre fría,
las aulas, las sacristías,
porque me aflije un dolor.
Maldigo el vocablo amor
con toda su brujería.
Cuánto será mi dolor.

Maldigo por fin lo blanco,
lo negro con lo amarillo,
obispos y monaguillos,
ministros predicando,
yo los maldigo cantando,
lo libre y lo prisionero,
lo dulce y lo pendenciero,
yo pongo mi maldición,
en griego y en español,
por culpa de un traicionero.
Cuánto será mi dolor.


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