Una vela basta.
Una noble llama habrá de ser
la más gentil, habrá de ser
la más adecuada,
para que lleguen las Sombras,
las Sombras del amor.
Una vela es suficiente.
Esta noche en el cuarto no debe haber mucha luz.
En profundo ensueño —dispuesto—
con la noble llama de este ensueño
visiones he de ver
para llamar las Sombras,
las Sombras del amor.
Jura
De vez en cuando jura iniciar una nueva vida.
Pero siempre llega la noche con sus propios designios
—acuerdos y esperanzas—
la noche con el poder propio de un cuerpo
que exige deseoso;
y entonces él regresa, rendido,
al placer fatal de siempre.
C.P. Cavafy
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