Juan Ramón Molina tenía una fuerte influencia panteísta; entrelíneas
podemos aducir que buscaba lo primordial en lo natural. Como Froylán Turcios,
que empleaba la “iconografía” para ambientar sus fantasías profanas, Juan Ramón
Molina acude a lo sagrado para expresar lo terrenal. Ejemplo claro es el título
de uno de sus poemas “Súrsum Corda”, (frase propia de la misa “Levantemos el
corazón…”), cuyo valor original luego trasmuta con un responso insinuación de
la “divina ley, fatal, y suprema que domina los
espacios, las almas y los soles”. Lo que puede leerse como omnisciencia divina,
es tan solo el panteísmo que se advierte mejor al leer todos los poemas con
temas existenciales. Sus lecturas e influencias de Nietzsche no fueron superficiales.
(He puesto las
traducciones al inglés de estos poemas, para los lectores internacionales.)
LLG
Anhelo Nocturno
Juan Ramón Molina
La lluvia su monótona charla dice afuera.
La puerta de mi cuarto por fin está cerrada.
Quizás en esta noche no grite mi quimera
y goce del olvido profundo de la almohada.
¡Hace ya tanto tiempo que en reposar me empeño,
como si me turbara la fiebre del delito,
que mis ojos enclavo —de los que huyera el sueño—
en la siniestra esfinge del lúgubre infinito!
Mas hoy todos los seres me han parecido buenos,
el cielo azul brindome su calma vespertina,
y —libre de pecados y libre de venenos—
purifiqué mi cuerpo en agua cristalina.
Quiero la paz aquella de la primer mañana
cuando, en el seno de Eva, tranquilo e inocente,
Adán durmió, al arrullo de amor de la fontana,
ajeno a las promesas de la sutil serpiente.
Un nirvana sin término, letárgico y profundo,
en el que olvide todas mis dichas y mis males,
la secreta congoja de haber venido al mundo
a resolver enigmas y problemas fatales.
Ser del todo insensible como la dura piedra,
y no tallado en una doliente carne viva
de nervios y de músculos. O ser como la hiedra
que extiende sus tentáculos de manera instintiva.
No como el pobre bruto del llano y de la cumbre
sujeto a la ley ciega de inexorable sino,
que en sus miradas tiene la enorme pesadumbre
de todo aquel que encuentra muy bajo su destino.
Así gozar quisiera de imperturbable sueño
cuando la noche baja de los cielos lejanos.
Estrellas: derramadme vuestro letal beleño.
Arcángeles: mecedme con vuestras leves manos.
Para que mi mañana florezca como rosa
de mayo, exuberante de vida y de fragancia,
y la tierra contemple, jocunda y luminosa,
con los tranquilos ojos con que la ví en la infancia.
Nocturnal Longing
Juan Ramón Molina
The rain outside pours its monotonous tale.
My bedroom door is finally shut. Perhaps
tonight I won't hear the bale of my chimera...
and enjoy the deep oblivion of my resting place.
¡It's been a while since I find tranquil repose,
as if vexed by the feverish accusation of crime,
I keep my eyes fixed –as they flee from sleep–
upon the sinister sphinx of obscure infinity!
But this day all beings appeared noble to me.
The blue sky allowed me its morning stillness,
and –free of sins and free of worldly poisons–
I purified my body with the clearest of waters.
I long for the peacefulness of that first morning
when, on Eva's bosom, calm and innocent,
Adam slept, lulled by the song of a fountain,
unburdened by the promise of the clever serpent.
An endless nirvana, lethargic and profound,
where I would forget all joys and sorrows,
the secret indulgence of having been born
to resolve mortal problems and enigmas.
To be absolutely insensible as the hard stone
and not carved as we are on painful living flesh,
ill of nerves and muscles. Or to be like the ivy
that in instinctive manner lends its spindly hands.
Not the poor brute of the pastures or the hills
subject to the blind law of inexorable fate,
whose gaze reflects the heavy grief of one
who found his destiny to be beneath his state.
And enjoy of such uninterrupted and sound
sleep when night falls from the distant skies.
Stars: Pour down upon me your lethal henbane.
Archangels: Soothe me with your gentle hands.
So that my morning blooms fresh as a rose
of May, exuberant in fragrance and life;
and joyous, luminous, Earth looks on calmly,
as I once saw her with the eyes of a child.
(Translated by ©León Leiva Gallardo)
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Súrsum
Juan Ramón Molina
Ya no nos separemos ni un momento,
porque –cuando se extingan nuestras vidas–
nuestras dos almas cruzarán unidas
el éter, en continuo ascendimiento.
Ajenas al humano sufrimiento,
de las innobles carnes desprendidas,
serán en una llama confundidas
en la región azul del firmamento.
Sin dejar huellas ni visibles rastros,
más allá de la gloria de los astros,
entre auroras de eternos arreboles,
a obedecer iremos la divina
ley, fatal y suprema que domina
los espacios, las almas y los soles.
SURSUM CORDA
Juan Ramón Molina
Let us not part, not for an instant
–when our lives are extinguished–;
both our souls shall cross the ethereal
together, as one, continuously ascending.
No longer harmed by human suffering,
unburdened by ignoble carnal stain,
we will be confounded in one flame
in the blue region of the firmament.
Leaving no traces nor visible signs,
beyond the glory of the distant stars,
amidst the twilights of eternal glow,
we shall move on to obey and form
part of the divine, supreme, fatal law
that reigns over space, suns, and souls.
(Translated by ©León Leiva
Gallardo)
______________________________________Juan Ramón Molina
Del ancho mar sonoro fui pez en los cristales,
que tuve los reflejos de gemas y metales.
Por eso amo la espuma, los agrios peñascales,
las brisas salitrosas, los vívidos corales.
Después, aleve víbora de tintes caprichosos,
magnéticas pupilas, colmillos venenosos.
Por eso amo las ciénagas, los parajes umbrosos,
los húmedos crepúsculos, los bosques calurosos.
Pájaro fui en seguida en un vergel salvaje,
que tuve todo el iris pintado en el plumaje.
Amo flores y nidos, el frescor del ramaje,
los extraños insectos, lo verde del paisaje.
Tornéme luego en águila de porte audaz y fiero,
tuve alas poderosas, garras de fino acero.
Por eso amo la nube, el alto pico austero,
el espacio sin límites, el aire vocinglero.
Después, león bravío de profusa melena,
de tronco ágil y fuerte y mirada serena.
Por eso amo los montes donde su pecho truena,
las estepas asiáticas, los desiertos de arena.
Hoy (convertido en hombre por órdenes obscuras),
siento en mi ser los gérmenes de existencias futuras.
Vidas que han de encumbrarse a mayores alturas
o que han de convertirse en génesis impuras.
¿A qué lejana estrella voy a tender el vuelo,
cuando se llegue la hora de buscar otro cielo?
¿A qué astro de ventura o planeta de duelo,
irá a posarse mi alma cuando deje este suelo?
¿O descendiendo en breve (por secretas razones),
de la terrestre vida todos los escalones,
aguardaré, en el limbo de largas gestaciones,
el sagrado momento de nuevas ascensiones?
METEMPSYCHOSIS
Juan Ramón Molina
I was a fish in the mirrors of the sonorous ocean wide,
where I beheld the glimmer of gems and metals;
that is the reason why I love the foam, the sourly
rocky shores, the briny gales, and the vivid choral reefs.
Then I was a treacherous viper of shifty tints,
magnetic pupils, and poisonous fangs; that is
the reason why I love the swamps, the shadowy trails,
the crepuscular wetlands, and the steamy forests.
Thereafter, I became a bird in a wild garden.
I had my entire iris painted on my plumage.
Yes, I love flowers, nests, the cool branches,
rare insects, and the green colors of landscapes.
Soon I turned into an eagle of bold and feral sight.
I had mighty wings and fine iron-wrought talons;
reason why I love the clouds, the stark mountain tops,
the boisterous winds, and the limitless skies.
I once became a brave lion of profuse mane,
of rapid yet strong backlash and a serene gaze;
that is why I love the plains where he roars
like thunder, the desert sands, and the Asian steppes.
Now (turned into a Man under obscure measures)
I feel within me the germs of future existences,
lives that shall rise and soar to find higher reaches,
or else should turn into entities of impure genesis.
Towards which distant star shall I direct my flight
when the time comes to look for another heaven?
On what venturous celestial body or grieving planet
shall my soul rest when I depart from this land?
Or is it that (by undisclosed reasons) descending
all the stairways of my brief terrestrial life,
in a limbo of long gestations, I shall lie in wait
for the sacred moment of renewed ascensions?
(Translated by ©León Leiva Gallardo)