La poesía no es refugio, sino la morada de la reflexión. Por donde y cuando aceche la aflicción, la tristeza, el oprobio, siempre debemos buscar y convenir en el lugar indicado para acorazarnos, porque bien sabemos que "la mano blanca" nos quiere destrozar en cuerpo y alma.
Visitación
Él se ve a sí mismo
—ante todo, el cuerpo
tendido en el lecho—
muerto desde los pies
hacia el hirsuto rostro:
un cadáver completo
con piernas y pecho,
las vísceras en medio
asaltando la escena
del perfecto crimen
que, a su debido tiempo,
dejó el Ángel de la Muerte.
Samuel Menashe (traducción de LLG)
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