Se ha vuelto todo un modus operandi
de la maquinaria política estadounidense tergiversar y velar de misterio los asesinatos
de sus Presidentes; todo para mantener la falacia que en este país no existe el
asesinato político o el golpe de Estado. El caso más conocido por supuesto es
el de John F. Kennedy. El documental John
F. Kennedy: Un Presidente traicionado (John F. Kennedy: A President Betrayed/ Dir. Cory Taylor), basado en documentos que han sido
desclasificados, revela tres iniciativas de Kennedy que además de haber sido
truncadas por sus enemigos y adversarios, hasta esta fecha son desconocidos o
negados por la ciudadanía, dado que los poderes que verdaderamente rigen no son
consecuentes con sus actos y no permiten la transparencia. Las iniciativas
fueron las siguientes: (1) John F. Kennedy hizo todo lo posible para llegar a
un acuerdo de paz con Nikita Khrushchev, pero belicistas asesores de guerra
(voceros del Military Industrial Complex) lo acosaban a hacer lo contrario;
hasta el punto que EE. UU. estuvo a punto de librar un bombardeo nuclear contra
la Unión Soviética. Toda la documentación de posibles negociaciones fue
clasificada como alto secreto nacional. (2) Kennedy le dedicó mucho más tiempo
y gestión a terminar la guerra en Viet Nam y retirar las tropas. De nuevo, la
maquinaria militar industrial estropeo sus intentos. (3) Pese a la flagrante
intentona contra Cuba revolucionaria, pese al hecho que Fidel Castro se
declarara marxista-leninista, Kennedy nunca dejó de procurar las negociaciones
con Cuba y directamente con Fidel Castro. En un momento crítico, Kennedy le
envía un mensaje crucial a Fidel, mediante el cual explicaba que a él no le
importaba que fuera comunista, pero lo que no podía permitir era que Cuba fuese
aliada de la Unión Soviética. De nuevo, los belicistas truncaron la vía de la
diplomacia y, como sabemos, hasta la fecha mantienen la “guerra fría” contra
Cuba.
Si no hubiera sido por el golpe de Estado (mediante parricidio), durante la
administración de John F. Kennedy, la Guerra Fría se habría resuelto por medios
diplomáticos, la Guerra de Vietnam no se habría prolongado hasta 1975 y seguramente
Cuba no habría caído en el totalitarismo del modelo soviético. La conclusión a
la que es casi imposible no llegar es que hay intereses creados, de grupos ultra
elitistas con ideas de supremacía, que hacen a Estados Unidos un país
intolerante y belicista.
Y como todos sabemos, los perjudicados de la Guerra Fría a este lado del
Atlántico somos los latinoamericanos. Los más infames dictadores de la segunda
mitad del siglo XX nacen como hongos de alcantaría en varios países de América Latina y son colocados como piezas del Poder por la misma maquinaria militar industrial que le sigue sacando provecho
al terror y a la muerte, la Bendita Guerra (Blessed War) gracias a la cual
Estados Unidos sigue siendo un Imperio Global.
León Leiva Gallardo