La tierra se contempla a sí misma a través del ojo del artista y queda transfigurada a imagen del alma que la transfigura (…) La imaginación verdadera transmuta lo sensible a la vez que instaura su universo. En la imagen emanada de las miradas cruzadas del pintor y de la tierra, está su imagen, la cifra de su alma. Luis Canelo (Moraleja, Cáceres)
ARTE
Y POESÍA León Leiva Gallardo ha sido seleccionado por Ediciones Estampa para representar a Honduras en
colaboración con el reconocido pintor español Luis Canelo. Con la certera visión de Manuel Borrás Arana, director de la Editorial
Pre-Textos, la Galería Estampa (Madrid) compagina el arte más afín
a la obra del poeta. Entre otras ediciones, Estampa ha
emprendido una labor combinatoria de arte y poesía con su BIBLIOTECA AMERICANA. Hasta la fecha se han seleccionado a los poetas Eduardo Mitre
(Bolivia), Pedro Lastra (Chile), Darío Jaramillo Agudelo (Colombia),
Vicente Quirarte (México), Ledo Ivo (Brasil), Orlando González
Esteva (Cuba), Mariano Peyrou (Argentina), Jorge Galán (El
Salvador), Ida Vitale (Uruguay), Rafael Cadenas (Venezuela), José
Luis Vega (Puerto Rico), Humberto Ak’Abal (Guatemala) y León Leiva Gallardo (Honduras).
BREVIARIO
ilustrado por Luis Canelo
Libro con 9 estampas originales
18,5x13x3,3 cm
ilustrado por Luis Canelo
Libro con 9 estampas originales
18,5x13x3,3 cm
(Cada estampa es una
impresión de tinta sobre papel, realizada a partir de una matriz. A
menudo se imprime en tiradas de varios ejemplares para permitir al
artista una mejor difusión de su obra.)
http://www.galeriaestampa.com/cms/esp/ediciones/cat_11_biblioteca_americana.php
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Luis Canelo, hacedor de mundos
20.04.09
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Canelo
ofrece una pintura meditativa sobre el
desarrollo de la noción del cosmos mineral. /HOY
En Ciudadano Kane, de Orson Welles, un
trineo remite a la infancia del protagonista del film, Charles Foster
Kane, en ese trineo, al que llamaba “Rosebud”, cargaba sus deseos
de niño. De algún modo todos vivimos con nuestro particular
“Rosebud”. Es la sensación que tengo al leer Mundos en el
jardín, un delicioso y esclarecedor texto de Luis Canelo (Moraleja,
Cáceres, 1942) recogido en un antiguo catálogo, en el que compruebo
que “esta primera experiencia estética” le ha acompañado
siempre, “Siendo niños jugábamos a “hacer mundos” en la
alameda o en cualquier otro lugar apropiado del paisaje. Hacíamos un
hoyo en la tierra, introducíamos pequeños objetos como papeles de
colores, semillas, hierbas, piedras… Se tapaba con un cristal y
finalmente lo cubríamos con la tierra que se había retirado. Ya
teníamos el tesoro oculto, y a continuación íbamos “descubriendo
el mundo” haciendo girar el dedo lentamente sobre el cristal. Una
elaboración tan ingenua se transmutaba en un acontecimiento
emocionante”.
Este mundo fue tomando forma bajo una
fuerte base teórica, que es precisamente uno de los aspectos que
caracteriza la obra de Luis Canelo (el crítico Fernando Castro lo
define como “artista filosófico”). Una pintura meditativa sobre
el desarrollo de la noción del “cosmos mineral”, siendo otro
tema pictórico esencial -prosigue Fernando Castro- “la compleja
“representación” del logos espermático”. Hoy por hoy, sus
esfuerzos siguen centrándose en plasmar los diferentes estados de la
materia -aquí encontramos ecos de los presocráticos-, que le llevan
a la formulación de opuestos: lo húmedo/vegetal y lo
seco/mineralógico. Esta oposiciones toman cuerpo gracias a su
personal lenguaje sobre lo orgánico, así las transiciones de aguas
en azules que decrecen, transformándose en pura luminosidad
acuática, ciertas transmisiones sinápticas (me vienen a la cabeza
los dibujos de nervios de Ramón y Cajal), también lo que él
denomina “cerebros vegetales”, elementos germinales,
microscópicos, corpusculares, biomórficos…, y lo mineral,
caracterizado por raspaduras de aspecto bituminoso, sin olvidarnos de
las calidades táctiles de sus óxidos, realmente conseguidos. En
todo ello hay deseos por fijar lo nuclear, lo representativo, en un
esfuerzo por la materialización de lo permanente.
El mundo que ahora Canelo nos ofrece en
la galería madrileña Álvaro Alcázar es un mundo menos
compartimentado, si bien mantiene una “arquitectura”, a veces
organizada como estratos sedimentados, desaparece la fragmentación
en rigurosos recuadros de etapas anteriores; si a ello sumamos una
evidente mayor intensidad del color, podemos colegir que el artista
extremeño se encuentra en un momento artístico expansivo. Por lo
demás, aunque no estén expuestos por motivo de montaje, no duden en
ver los dibujos, realmente deliciosos. Éstos participan de lo
anteriormente dicho, pero siempre con el inherente plus de
espontaneidad, con menos dosis de horror vacui, aligerados por el
blanco del papel. Por cierto, sería interesante observar la
trayectoria de nuestro artista a la luz de los mismos, su producción
es inmensa, y él mismo me comenta su enorme querencia al papel,
queda pendiente por tanto ese enjundioso proyecto.
Luis Canelo (Moraleja, Cáceres, España)
Por último, el carácter “hacedor”
de la pintura de Luis Canelo lo define perfectamente Palazuelo en un
breve texto de 1974, en el que afirmaba, “La tierra se contempla a
sí misma a través del ojo del ARTISTA y queda transfigurada a
imagen del alma que la transfigura (…) La imaginación verdadera
transmuta lo sensible a la vez que instaura su universo. En la imagen
emanada de las miradas cruzadas del pintor y de la tierra, está su
imagen, la cifra de su alma”.
(Artículo
tomado del Diario Hoy digital de Badajoz, España)