sábado, 18 de agosto de 2012

Julio Escoto, escritor imprescindible de Honduras




Aproximación biográfica, bibliográfica y cultural


La Tribuna Cultural 1 julio, 2012- 1:04 AM



Por: Marcial Cerrato Sandoval

Siento una especial satisfacción al intervenir en este programa mediante el cual quedará inaugurado el Primer Taller Académico Cultural Internacional patrocinado por Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

                                                   Julio Escoto

Además de satisfecho, me siento privilegiado, porque me corresponde compartir con ustedes un antecedente, una aproximación, un atisbo, sobre la personalidad de Julio Escoto, quien además de ser un destacado hombre de letras y un promotor de la cultura e identidad nacional, es mi amigo.

Julio es nativo de San Pedro Sula, pero su familia tiene su origen en la zona central de Honduras, en un pueblo muy antiguo, contemporáneo de Cedros y Santa Lucía, y como estos, también poseedor de un antiguo cristo negro colonial, se trata de Esquías, en Comayagua.

Los Escoto –probablemente de origen sefardita- figuran en nuestra historia desde el tiempo colonial y no digamos cuando se inició la República.

Pero volviendo a Julio, ¿cómo podemos sintetizar su quehacer en los campos de la cultura y la literatura?

Sabemos, por ejemplo que su padre fue periodista y fundador de periódicos, esto lo puso en contacto –desde temprana edad- con los diversos elementos de la escritura y linotipia. También sabemos que durante sus estudios secundarios ganó un concurso con la novela corta: “Los guerreros de Higueras” que después publicó en 1967. De esta edad temprana es también: “La balada del herido pájaro” publicado por la Editorial Universitaria.

Fue maestro en varios institutos de educación media y posteriormente impartió su saber en las aulas universitarias, tanto en San Pedro Sula como en Tegucigalpa.

Pero mientras enseñaba también escribía…

A comienzos de la década del 70, se traslada a Costa Rica donde realiza una encomiable labor tanto formativa como de comunicación social, que culmina con su nombramiento como Director de la editorial Universitaria Centroamericana, EDUCA.

En ese período publica entre otros: “El Árbol de los Pañuelos”, “Antología de la poesía amorosa de Honduras”, y “Estudio crítico sobre Juan Ramón Molina”.

Creo oportuno en este momento puntualizar una especial e importante labor que realizó como promotor de la cultura nacional y centroamericana.

Fue enlace y motor para la publicación a través de EDUCA, de varios libros de valor incalculable para nuestra bibliografía, algunos de ellos agotados. Libros como: “Incidentes de viaje en Centroamérica, Chiapas y Yucatán” de John L. Stephens, “La Provincia de Tegucigalpa bajo el gobierno de Mallol”, de Rómulo E. Durón, “Exploraciones y Aventuras en Honduras”, de William A. Wells y con el apoyo de instituciones como la UNAH: “Juan Ramón Molina, poeta del modernismo centroamericano”.

Siendo tan prolífico escritor siento que mi tiempo es insuficiente para mencionarles en detalle toda su producción, por lo cual me concentraré un poco en su gran novela considerada por algunos críticos como la gran novela hondureña y latinoamericana contemporánea: “El rey del albor, Madrugada”.

Esta novela se desenvuelve en tres vertientes temporales separadas por muchos siglos: la contemporánea, la de la conquista y la maya del período clásico y ha sido comentada y reconocida como su más grande y significativa producción.

Los que nos identificamos más con la vertiente contemporánea encontraremos en ella un espejo de lo que ha sucedido y sigue sucediendo en nuestro tiempo, tanto a nivel nacional como internacional, y muchos quisiéramos leer más –al estilo de Hollywood- sobre su figura central, el Dr. Quintín Jones.

Otros, tal vez preferimos adentrarnos en el pasado, en el pensar y quehacer de nuestros antepasados mestizos y mayas. Tema este último que lo animó para escribir el libro que hoy nos ocupa y que esperamos disfrutar en poco tiempo.

Julio ha recibido –durante estos 45 años de bregar en el quehacer creativo y cultural- ingentes y distinguidos reconocimientos tanto nacionales como internacionales, entre los que cabe mencionar: Premio Nacional de Literatura “Ramón Rosa”, Premio “Froylán Turcios” de literatura, Premio Gabril Miro, de cuento de Alicante, España, Laurel de oro y Pergamino de Honor de la Secretaría de Cultura, Turismo y Deportes”, Premio José Trinidad Reyes de la UNAH. Parte de su producción ha sido traducida al inglés y al polaco.

Del espacio cultural y crítico que actualmente tiene en el heraldo, recogemos este pensamiento: “El escritor… es en alguna forma el barómetro, el sismógrafo de la sociedad y debe de aplicar su inteligencia en advertir sobre aquello que se ve o va mal para la nación. Es su función de orientador de opinión… venderla al menor postor es fácil… pero hacerlo es cruel, sobre todo en una comunidad tan ausente de luces, tan manipulada y prostituida, tan engañada por quienes buscan únicamente el usufructo del poder”.

Vemos así que para el verdadero escritor y promotor cultural, lo que anhela y busca no es el reconocimiento oficial ni el lucro, sino la lectura masiva de sus pensamientos e ideas y el saber que su esfuerzo ha contribuido a cambiar y mejorar –aunque sea un poco- nuestro entorno vital y la forma de ver la vida y el mundo.

Muchas gracias por su amable atención.


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